La mantequilla tiene sus orígenes en la época de los griegos y vikingos. Luego se hace conocida en Francia, Holanda e Irlanda. Actualmente India es el mayor productor del mundo de este producto.
A la mantequilla se la prepara con grasa y agua. La grasa se obtiene de la nata de la leche que no ha sido homogeneizada. En los países sudamericanos como Paraguay, Argentina, Chile, Brasil y Uruguay se la llama manteca, en Europa mantequilla.
Existen varios tipos de mantequilla: la dulce, la salada, la untable con finas hierbas…. Se la prepara batiendo enérgicamente la nata hasta que tome consistencia y comience a espesar, luego se la puede colocar en un molde redondo, o rectangular, o simplemente darle la forma y envolverlo en lo que se le llama el clásico “paquete de manteca” o “mantequilla”.
Es un alimento de origen animal que contiene Vitamina D y al igual que el queso, los huevos y el aceite de hígado de pescado son buenos para prevenir fracturas, para el crecimiento de los huesos y para aportar los minerales necesarios que requiere el orgnismo.
También contribuye en la prevención de fracturas de cadera, que es uno de los problemas corrientes en las mujeres en la menospausia.
La mantequilla posee grasas saturadas y su consumo debe ser moderado para las personas que poseen colesterol elevado pues estas sustancias grasas al metabolizarse elevan el nivel de los triglecéridos.
Además su consumo excesivo puede provocar daños en el riñón y pérdida de apetito.
A la mantequilla se la utiliza para preparados de tortas, postres, helados, pastafrolas y también para untar panes, galletitas, para acompañar así el desayuno o la merienda. Se la puede adquirir libremente en cualquier supermercado del mundo.
Debe estar bien refrigerada pues el calor la ablanda y la derrite.
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